Alrededores
Si algo ha caracterizado y caracteriza a El Bierzo es su belleza y grandiosidad paisajística. Montañas y valles perfilan una silueta regada por frondosos ríos y sus afluentes. Atraídos por tanta generosa belleza han sido numerosos los pueblos que al visitarnos han decidido quedarse. Fruto de estos asentamientos encontramos innumerables vestigios de épocas pasadas. Empezando por los romanos, nos viene a la memoria la explotación aurífera de Las Médulas, actualmente reconocida como Patrimonio Histórico de la Humanidad.
El arte mozárabe, románico y medieval se mezclan y confunden a través de nuestro recorrido por El Bierzo. Y es que El Bierzo ha sabido y sabe acoger a cuantos se acercan a visitarlo. Los peregrinos encuentran en su viaje hacia Santiago la hospitalidad, la calma y las fuerzas que les ayudan a continuar; e incluso la exculpación en la Puerta del Perdón (Villafranca) para aquellos que se vean impedidos.
El arte inunda y forma parte del paisaje, sus fortalezas (castillo de los Templarios, de Villafranca, de Cornatel,...), sus iglesias y monasterios (mozárabe de Peñalba de Santiago, románico de Santa María de Vizbayo, monasterio de Carracedo y de San Pedro de Montes, ...), sus castros prerromanos y ferrerías medievales, sus puentes de piedra llenos de Historia (los Puentes de Malpaso, y el puente medieval de Molinaseca), sus edificaciones tradicionales (pallozas y hórreos) y sus casas solariegas con su típicas solanas. El Bierzo es hablar de sus gentes, de sus costumbres y sus tradiciones para dejarnos maravillar con su rica gastronomía. El comensal deleitará todos sus sentidos en una mesa adornada con generosos platos y excelentes vinos. Cuerpo y alma se reconfortan para proseguir conociendo los entresijos de EL BIERZO.
© Viñedos y Bodega Arturo García S.L.